México está preparando un multimillonario paquete de infraestructura con empresas privadas y redoblando los esfuerzos para atraer inversiones estadounidenses que, de otro modo, irían a China, mientras busca reactivar una economía estancada.
El paquete de inversión público-privada incluirá más de 40 proyectos en áreas como carreteras, emprendimientos energéticos, telecomunicaciones y puertos, dijo el Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, en una entrevista en Palacio Nacional en Ciudad de México.
El anuncio oficial llegará pronto, dijo, y se negó a proporcionar detalles hasta que se revele el paquete.
“Ya lo tenemos”, dijo Ramírez de la O el jueves, y agregó que la iniciativa fue aprobada por representantes del sector privado.
“Habrá un anuncio de un paquete de infraestructura en unas pocas semanas, cuando el Presidente esté listo”, añadió.
Si bien el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho anuncios público-privados similares de miles de millones de dólares en el pasado, este nuevo programa se produce cuando México registró dos trimestres consecutivos de contracción de la actividad, poniendo a la segunda economía más grande de América Latina en la posición de necesitar un salto para iniciar el crecimiento.
México bajo López Obrador ya está gastando en grandes proyectos de infraestructura, incluida la construcción del Tren Maya en el sureste del País y la refinería Dos Bocas, destinados a disminuir la dependencia de México de los combustibles importados.
La inversión privada cayó durante la pandemia y, aunque se recuperó en el segmento de la construcción, el Gobierno busca impulsarla en otras áreas, dijo Ramírez de la O.
“Por primera vez en muchos años, la inversión pública supera el 3 por ciento del PIB”, dijo.
El Secretario también se está acercando a más inversionistas en los Estados Unidos, presentando las ventajas de poner recursos en México en lugar de China.
Mover las operaciones de Asia más cerca de casa es beneficioso en tiempos de escasez generalizada de suministros y aumento de los costos de envío y mano de obra, dijo.
“Queremos coordinarnos más con los Estados Unidos, con grupos empresariales y el Gobierno.
“Tenemos que hacer roadshows en los Estados Unidos para que la gente sea consciente del hecho de que las ventajas que hicieron que gran parte de la fabricación se trasladara a China ya no son las mismas. Los salarios son más altos y los costos de envío son el cuádruple de lo que eran”, dijo Ramírez de la O.
Si bien las empresas han trasladado parte de la producción a ciudades fronterizas cercanas a los Estados Unidos y la demanda de exportaciones ha funcionado a favor de México, el crecimiento ha sido más lento que en otros países de América Latina.
Una ley que prohíbe la subcontratación que entró en vigencia el año pasado afectó al sector de servicios y la escasez mundial de semiconductores afectó las operaciones en la poderosa industria automotriz de México.
México sufre un estancamiento de las inversiones en medio de la pandemia y la retórica nacionalista de la administración de López Obrador.
La inversión fija bruta, que incluye el gasto en fábricas y maquinaria, cayó un 0.1 por ciento en noviembre respecto al mes anterior, dijo el viernes el Inegi.
El índice, un indicador adelantado del crecimiento a largo plazo, está casi 17 por ciento por debajo de su máximo, según la economista Gabriela Siller, de Banco BASE.
Fuente: El Norte