La escasez de mano de obra se está materializando en toda China al tiempo que los jóvenes dan la espalda a trabajos en fábricas y más trabajadores migrantes se quedan en casa, ofreciendo un posible adelanto de los retos más grandes que se avecinan a medida que la fuerza laboral envejece y se contrae.
Con el aumento en la demanda mundial de productos chinos este año, los propietarios de fábricas dicen que están batallando para llenar vacantes para la producción de todo, desde bolsos hasta cosméticos.
A algunos trabajadores migrantes les preocupa contraer Covid-19 en ciudades o fábricas, pese al bajo número de casos en China. Otros jóvenes están inclinándose por empleos en la industria de servicios que pagan más o son menos exigentes.
Las tendencias hacen eco de disparidades similares en el mercado laboral de EU, donde a algunos patrones se les dificulta contratar a suficientes trabajadores, aún cuando millones de personas que perdieron sus empleos durante la pandemia continúan sin trabajo.
Pero los problemas de China también reflejan cambios demográficos a más largo plazo que son legados de la política de un solo hijo del país, que duró décadas y se abandonó formalmente en el 2016.
Esas tendencias representan una seria amenaza para la tasa de crecimiento potencial a largo plazo de China. También dificultarán que China siga suministrando al mundo productos manufacturados baratos, lo que podría contribuir a las presiones inflacionarias globales.
“China agotó hace tiempo su dividendo demográfico”, dijo Shuang Ding, economista en el Standard Chartered Bank, en Hong Kong.
Yan Zhiqiao, que dirige una fábrica de cosméticos en la ciudad sureña de Guangzhou con unos 50 trabajadores, no ha podido incrementar la producción este año a pesar del aumento en la demanda, principalmente porque la fábrica ha tenido dificultades para contratar y retener personal, en particular individuos menores de 40 años.
Su fábrica ofrece un pago equivalente a unos 3.90 dólares la hora, que está por encima del salario del mercado, además de comidas y alojamiento gratis. Pero ha atraído a pocos candidatos jóvenes.
Señaló que la fábrica no puede darse el lujo de aumentar los salarios debido a los precios más altos de las materias primas este año. La otra opción sería aumentar los precios para los compradores extranjeros, si los aceptan.
“A diferencia de nuestra generación, las actitudes de los jóvenes hacia el trabajo han cambiado. Pueden recurrir a sus padres y no tienen mucha presión por llegar a fin de mes”, indicó Yan, de 41 años. “Muchos no vinieron a la fábrica a trabajar, sino a buscar novios o novias”.
El desabasto de mano de obra fabril en China se produce cuando lidia con el problema opuesto en otra parte de su economía: demasiados trabajadores para empleos de cuello blanco. Más de 9 millones de estudiantes, un récord, se están graduando de la universidad este año, lo que agrava la disparidad estructural en el mercado laboral de China, destacan los economistas.
El número cada vez menor de trabajadores de manufactura ha obligado a muchas fábricas a pagar bonos o aumentar los salarios, erosionando los márgenes de ganancia que ya estaban bajo presión debido al aumento en los precios de las materias primas y los embarques.
Foxconn Technology Group, conocido formalmente como Hon Hai Precision Industry Co. y uno de los principales proveedores de Apple Inc., elevó el mes pasado los bonos para los empleados recién contratados en una instalación en Zhengzhou a 9 mil yuanes, el equivalente a unos mil 388 dólares, o más, si trabajan durante 90 días consecutivos, de acuerdo con anuncios publicados por una unidad de negocios de Foxconn en WeChat. Foxconn no respondió a las solicitudes de comentarios.
Con la variante Delta arrasando por otros países asiáticos, algunas fábricas chinas han visto un aumento en los pedidos a medida que los compradores reorientan el negocio desde otros lugares, indicó David Li, secretario general de la Asociación de Calzado de Asia, en Dongguan. Eso ha hecho que algunas empresas estén aún más desesperadas por contratar trabajadores aumentando los salarios, dijo.
“Muchos propietarios de fábricas se encuentran ahora en un dilema. No saben si podrán obtener ganancias si aceptan nuevos pedidos”, señaló. “Su principal dolor de cabeza es la lucha por encontrar trabajadores”.
La semana pasada, el Primer Ministro chino, Li Keqiang, dijo que el país continuará enfrentando una “presión de empleo relativamente grande” para el 2025 y se comprometió a dedicar más apoyo a las industrias intensivas en mano de obra, incluyendo capacitación vocacional adicional.
La población en edad laboral de China, definida como personas de entre 15 y 59 años, cayó a 894 millones el año pasado, o el 63% de la población total. Eso fue inferior a los 939 millones en el 2010, o el 70% de la población total en ese momento, de acuerdo con los datos del censo del país que se realiza una vez cada década.
Se anticipa que la fuerza laboral de China disminuya en unos 35 millones en el curso de los próximos cinco años, de acuerdo con estimaciones oficiales.
La campaña del Presidente Xi Jinping en los últimos años por revivir las áreas rurales del país al concentrar más inversión en las provincias del interior puede haberse sumado a los retos para las fábricas, dicen los economistas, al crear nuevas oportunidades para los trabajadores migrantes de China, permitiendo a muchos, que solían viajar largas distancias en busca de trabajo en las grandes ciudades, ganarse la vida más cerca de casa.
En el 2020, el número de habitantes rurales chinas clasificadas como trabajadores migrantes se redujo por primera vez en una década, en más de 5 millones a 285.6 millones, revelan datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de China, al permanecer más trabajadores en sus lugares de origen o buscar trabajos cercanos. Muchos lo hicieron por temor al Covid-19 en las ciudades más grandes y aún no han regresado a ellas.
En el 2020, más de la mitad de los trabajadores migrantes de China tenía al menos 41 años. El porcentaje de trabajadores migrantes menores de 30 años disminuyó de manera sostenida al 23% en el 2020 en comparación con el 46% en el 2008, reportó Wind.
Con más jóvenes considerando el trabajo en las fábricas como rutinario y aburrido, la industria de servicios se convirtió en la fuente de empleo más popular para los trabajadores migrantes en el 2018, superando a la manufactura y la construcción, reveló una encuesta anual de trabajadores migrantes realizada por la oficina de estadísticas de China.
“Los jóvenes ya no están dispuestos a aceptar cualquier tipo de trabajo arduo. Tienen expectativas mucho más altas de lo que puede conllevar un empleo y pueden darse el lujo de esperar más tiempo”, mencionó Ding, economista del Standard Chartered Bank.
Fuente: The Wall Street Journal